lunes, 25 de junio de 2012

EL AYUNTAMIENTO DE SEVILLA TRAMITA LA MODFICACIÓN DEL PGOU PARA ATRAER INVERSIONES



El próximo mes de julio se  cumplirán seis años desde que la Junta de Andalucía aprobara el texto definitivo del PGOU de Sevilla.
La vigencia del plan era de quince años. Sin embargo, las circunstancias económicas actuales están cuestionando este dato. El gobierno municipal ya tramita varias modificaciones puntuales con el denominador común de atraer inversores.


La situación económica de Sevilla ha cambiado de manera importante desde que se redactó el Plan, por lo que no falta quien se plantea su revisión integral, algo que descarta de plano el gobierno municipal por cuanto supondría una paralización de la actividad urbanística en un periodo muy crítico en lo económico.


Una cuestión parece clara para la gran mayoría de los observadores: el PGOU de 2006, tomado al pie de la letra no es un instrumento útil de planificación para la Sevilla de 2012, está bloqueado.

En el actual PGOU, que se empezó a gestar en el año 2000, se plantea una ciudad de 875.000 habitantes como núcleo principal de un área de influencia de 1,3 millones de personas. Prevé la urbanización de 38 millones de metros cuadrados y permite un incremento de la edificabilidad en 12 millones de metros cuadrados. La comisión de seguimiento del Plan constituida en 2008 calculó que su impacto económico global sería de 35.118 millones de euros, de los que 12.200 millones serían directos. Eran, definitivamente, otros tiempos muy diferentes a los que nos ha dejado la crisis que ya entonces apuntaba sus primeros síntomas sin que preocuparan a los políticos de nuestro entorno.

Aquellas cifras hacían referencia a un tiempo de bonanza económica que permitía al Ayuntamiento cobrar por adelantado, mediante convenios urbanísticos, importantes aportaciones de los propietarios de suelo para la posterior financiación de servicios generales cuando fuera necesario el desarrollo de las áreas de expansión urbana previstas en el Plan. Con esta fórmula, el Ayuntamiento de los años de bonanza recaudó unos 700 millones de euros que podrían considerarse una reserva económica de garantía para poner a disposición de la iniciativa privada suelo urbanizado ordenadamente en la futuras zonas de expansión según la programación del propio plan.

Pero aquel dinero fue empleado en inversiones, algunas muy polémicas, en la ciudad consolidada, y la falta de ese dinero supone ahora, en plena crisis, uno de los motivos por los que el PGOU se ha convertido en una entelequia: el Ayuntamiento no tiene fondos para hacer carreteras, viales, saneamiento... Un problema añadido a la falta de pulso de la iniciativa privada para reactivar la construcción. Sin ese dinero, la patronal del sector calcula que será imposible sacar adelante 25.000 nuevas viviendas previstas en el plan, con lo que dejan de crearse 62.500 empleos.

A esto hay que unir que las condiciones que se imponían en el Plan a los promotores de vivienda resultan ahora mismo desmesuradas a tenor del hundimiento del sector de la construcción. 

Los desarrollos urbanísticos están paralizados porque se ha propuesto un volumen excesivo de viviendas que tiene que promover el sector público y se ha sometido al sector privado a unas cargas tremendas. En una situación de crisis eso lastra los desarrollos de suelo residencial sobre todo si se une a que el dinero que aportó la iniciativa privada para la urbanización de ese suelo se lo gastó el gobierno municipal en otros asuntos.

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